La magnetoterapia consiste en la aplicación de campos magnéticos artificiales sobre una zona del cuerpo con una disfunción o trauma con fines terapéuticos. Es una técnica totalmente inocua que produce un aumento de la microcirculación sanguínea, un incremento del consumo de oxígeno, una reducción del dolor, relajación de espasmos, disminución de la inflamación, etc.

Esto se debe principalmente a que su objetivo es restaurar la normalidad funcional de células, tejidos y órganos.

Los campos electromagnéticos no sólo atraviesas los tejidos superficiales, sino que son capaces de atravesar todo el organismo (tanto tejidos blandos como los huesos), de ahí sus numerosas indicaciones:

 

  • Fracturas, acelerando el proceso de curación desde los primeros días.
  • Afecciones de la columna vertebral.
  • Osteoporosis
  • Miositis y tendomiositis.
  • Artropatías degenerativas.
  • Contusiones, distorsiones y luxaciones.
  • Contracturas musculares.
  • Tendinitis.
  • Úlceras (varicosas, de presión, arteriopáticas…)
  • Quemaduras
  • Acné y psoriasis.
  • Alteraciones de la circulación periférica (tipo acrocianosis y enfermedad de Raynaud).
  • Aceleración del proceso de curación de heridas.
  • Sinusitis.
  • Neuralgia braquial, intercostal o del trigémino.
  • Isquialgias.
  • Lumbalgias.
  • Migrañas.
  • Bronquitis y asma bronquial.
  • Úlcera gástrica crónica no sangrante.
  • Colitis ulcerosa.
  • Nefrosis y nefroesclerosis.
  • Insuficiencia hepática y cardíaca.
  • Trastornos de la circulación cerebral.