La estructura fascial es ininterrumpida, rodea y conexiona todos los elementos del cuerpo humano, además de dar movimiento constante a los mismos, vinculándolos funcionalmente.
Este movimiento de estrecha vinculación funcional de la red fascial, es el movimiento cráneo-sacro, cuyo sistema se encarga de la producción, control circulatorio y reabsorción del líquido cefaloraquídeo. Si dicho líquido se distribuye inadecuadamente dará lugar a una serie de patologías en el sistema nervioso central.
Nuestro cuerpo está hecho de material viscoelástico. Nos deformamos si mantenemos la misma postura.
El cráneo se mueve con movimiento plástico, no elástico, con facilidad de movimiento en las uniones de sus huesos, moviéndose todo en conjunto según: el grado de presión del líquido cefaloraquídeo y la tensión recíproca de las membranas
El sistema cráneo-sacral está estrechamente interrelaccionado de forma recíproca con otros sistemas como son:
- Sistema miofascial.
- Sistema nervioso.
- Sistema musculoesquelético.
- Sistema vascular.
- Sistema linfático.
- Sistema endocrino.
- Sistema respiratorio.
Cualquier desorden en el sistema cráneo-sacral influirá negativamente en el funcionamiento de los otros sistemas, y viceversa.
El objetivo de la terapia no es influir directamente sobre las restricciones óseas, sino restablecer el equilibrio del sistema cráneo-sacral, es decir, normal funcionamiento del líquido cefaloraquídeo, permitiendo reajustar los movimientos corporales a través de la cambiante tensión entre las membranas intracraneales y los movimientos de las suturas.